Explora la terapia japonesa Shinrin Yoku de la mano de Angélica Acevedo. Esta práctica de inmersión en la naturaleza, ahora disponible en los parques de Santiago, ofrece numerosos beneficios para la salud física y mental. Participa en las terapias grupales y descubre una nueva forma de bienestar.
El avance de la tecnología nos ha hecho introducirnos en ciudades llenas de caos, donde todo se vive rápido y muchas veces no pensamos ni siquiera en nosotros mismos. En el caso de Santiago, el ruido, el atochamiento de gente y el diseño de la ciudad impactan tanto en la salud mental como en la física.
Cuando el estrés no es controlado, lo terminamos somatizando en enfermedades crónicas como la presión arterial alta, enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares, obesidad, diabetes, entre otras.
Es por esto que Angélica Acevedo (@vive_elbosque) trajo a Chile la terapia japonesa, baños de bosque [Shinrin Yoku]. Creada cerca de la década de 1980, se basa en una inmersión de conexión con la naturaleza por medio de actividades que te permiten inhalar las sustancias químicas de la naturaleza para mejorar e incrementar el bienestar físico y mental.
Esta terapia alternativa no se trata solamente de ir a caminar en el bosque, más bien busca una especie de fusión entre el individuo y el entorno, siendo esta una inmersión completa a través de los cinco sentidos. Desde dejarse llevar por el aroma de las plantas y árboles, el sonido del viento en las hojas, el crujido, textura y color de las mismas, hasta llevarte tu propia agua de hierbas para que el gusto sea parte también de la experiencia.
¿Cómo funciona?
La exposición a los fitoncidios, que son sustancias liberadas por las plantas, puede aumentar la actividad de las células NK, las cuales ayudan a combatir diferentes afecciones.
Esta terapia no solo ayuda a reducir el estrés y la ansiedad, sino que también puede reducir la presión arterial, mejorar la calidad del sueño, regular el azúcar en la sangre y fortalecer el sistema inmunológico. Para las personas dentro del Trastorno del Espectro Autista (TEA), la inmersión puede convertirse en un refugio sensorial, ya que disminuye la sobrecarga sensorial, mejorando la concentración y la atención, y disminuyendo la hiperactividad e impulsividad.
Además, la terapia de baños de bosque puede promover la relajación y reducir la ansiedad, ayuda a mejorar el estado de ánimo y el bienestar general. La exposición regular a ambientes naturales también puede fomentar la interacción social y la comunicación, proporcionando un entorno menos estresante para la socialización.
Se recomienda practicar esta terapia cada 7 o 10 días. Son terapias grupales en las que cada uno va a su propio ritmo. Si quieres formar parte de esta terapia en Santiago, debes tener presente que se hace en los parques de la ciudad y es guiada por Angélica Acevedo (@vive_elbosque). Los valores se pueden consultar a través de la mensajería de Instagram.