Ha demostrado ser una poderosa herramienta para llegar a los pequeños consumidores, pero también plantea desafíos éticos y valóricos. ¿Cómo lograrlo? En esta nota te explicamos.
La Navidad y el Día del Niño son dos fechas que, desde un enfoque comercial, están dirigidas a los niños como consumidores. El impacto visual de los mensajes no solo influye en ellos, sino también, en las decisiones de compra de sus padres y del grupo más cercano (abuelos, tíos, padrinos, hermanos mayores, etc.). Por lo tanto, el principal objetivo del marketing infantil es dirigir acciones para lograr el consumo de productos y servicios que están orientados a este grupo etario.
Cabe señalar que esta estrategia de marketing ha sido tema de debate por considerarse que no solo fomenta el consumismo excesivo, ya que eventualmente también explota la vulnerabilidad de los más pequeños. Esto plantea un ambicioso desafío para buscar el equilibrio entre la diversión, pero con la responsabilidad de proteger su bienestar y derechos.
Entonces, ¿de qué manera una Pyme puede abordar la publicidad, por ejemplo, para este Día del Niño?
Lo primero es recalcar que son niños y como tal aún no han desarrollado al máximo su capacidad cognitiva, intelectual o para manejar emociones, lo que significa que el mensaje debe ser adecuado para cada edad y etapa de desarrollo. A partir de esto, se puede establecer la siguiente guía:
- Sin trampas: Hacer una campaña limpia y sin tretas. Nunca exponer a un niño a sentimientos de inferioridad o rechazo social por no poseer el producto o servicio anunciado.
- Honestidad: Una excelente señal es la claridad y transparencia sobre el producto o servicio: características, qué objetivo tiene, materialidad, etc.
- Contenido adecuado: Utilizar lenguaje, imágenes y musicalización que sea afín a cada edad o etapa infantil, entendiendo que existen diferentes niveles de madurez y comprensión.
- Desarrollo y crecimiento: Incorporar un mensaje que además de ser entretenido, promueva el aprendizaje, la vida saludable, la empatía y tantos valores positivos que son vitales en su crecimiento.
- Evaluación final: Aplicar mecanismos necesarios que permitan mediar la efectividad y cumplimiento. Comprobar si fue una estrategia responsable y, en caso de ser necesario, realizar las acciones correctivas para alcanzar el objetivo.
Si aún tienes dudas sobre cómo se debe abordar la publicidad hacia niños y jóvenes, te contamos que, en nuestro país, este tema está definido y regulado en el Código Chileno de Ética Publicitaria, establecido por el Consejo de Autorregulación y Ética Publicitaria, CONAR, cuyo objetivo principal es autorregular, desde la perspectiva ética, la actividad publicitaria nacional.
Finalmente, es necesario recalcar que la publicidad infantil debe ir de la mano con la educación hacia los padres, puesto que son los actores principales al momento de crear normas y valores. Un trabajo en conjunto para entretener y educar de manera constructiva.