Garantizar una experiencia de compra agradable debe ser uno de los objetivos principales de cualquier negocio. Por eso, cada vez se hace más necesario implementar diferentes herramientas que permitan ofrecerle un buen servicio a los clientes, como lo es la boleta electrónica.
Por normativa, todas empresas deben cumplir con la emisión de documentos tributarios para sus clientes. En el caso de la factura electrónica, esta comenzó a ser obligatoria para todos los contribuyentes desde la publicación de la Ley N° 20.727, del mismo nombre, publicada el 31 de enero de 2014. Sin duda que, aun para los más reacios, el tiempo dio la razón a las grandes ventajas que traía la aplicación de este sistema, que como bien sabemos, puede realizarse a través de softwares privados o el gratuito ofrecido por el Servicio de Impuestos Internos.
En la otra esquina, está el documento más común y usado en la gran mayoría de las transacciones comerciales: la boleta y que, como indica el SII, “es el comprobante tributario que acredita la venta de un producto o servicio a un consumidor final”.
Todo negocio, sobre todo el de barrio, reconoce que entregar este documento es parte la naturalidad de sus distintas funciones diarias y recuerdan lo engorroso que era organizarlas para llevar la contabilidad mensual, más aún cuando en un almacén la venta al detalle es incluso por un artículo tan pequeño como un huevo.
Debido a la modernización tributaria impulsada hace algunos años, y quizás también apurado por la pandemia, desde el año pasado entró en vigencia la boleta electrónica obligatoria tanto para contribuyentes facturadores como los que no.
Al igual que con la facturación electrónica, con las boletas puedes utilizar softwares privados o el gratuito del SII. Cualquiera que vayas a utilizar, créenos el cliente lo agradecerá.
Actualmente, si realizas un pago electrónico en algún negocio establecido, el comprobante de la transacción (voucher), el que es generado por un POS manual, reemplaza a la emisión de una boleta afecta o exenta electrónica y, por otro lado, también está la boleta que podemos recibir impresa, al correo electrónico o por mensajería.
Si bien hay un sinnúmero de ventajas para el contribuyente, como el ahorro de tiempo, ya que nunca más tendrá que conseguir talonarios y posteriormente timbrarlos, mejorar la gestión contable e incluso disminuir los errores manuales por digitación, hay alguien para quien esta experiencia también ha sido favorable: el usuario final.
La experiencia de compra no solo es la alegría que produce el tener el producto, que tanto anhelabas en tus manos o disfrutar de un servicio de primer nivel. La experiencia de compra es el conjunto de emociones que provoca desde el minuto cero, es cuando recibes el correo electrónico con la promoción, cuando ves ese producto deseado en una vitrina, la atención del vendedor, el tiempo que toma concretar la compra e incluso, el lapso que debes invertir al realizar un cambio.
La boleta electrónica ha colaborado en mejorar el proceso y vivencia de las compras, no solo porque es más rápida la entrega de una cuenta y más fácil de revisar el desglose. También es útil si necesitas realizar el cambio y/o devolución de algún producto, porque al contar con la boleta electrónica tienes el detalle de la transacción como la fecha, hora, artículo y valor del mismo.
El crecimiento del comercio, junto a la digitalización y la aplicación de nuevas tecnologías, son un conjunto de acciones y herramientas que deben lograr sinergia entre ellas, y poner a disposición de los distintos actores involucrados, para que la transacción comercial entre dos partes sea un proceso natural y agradable, pero nunca un problema.