Desde el 2019 la marca Ecolover trabaja para entregar una solución sustentable en los servicios de despacho, un rubro rodeado de plásticos. Su sello, el trabajo de investigación que los ha llevado a garantizar un 96% de compostabilidad en sus bolsas, el nivel más alto en el mercado.
A comienzos del 2019, Andrea Labatut junto a su equipo de trabajo, estaban materializando un proyecto diferente al que hoy los tiene posicionados como una de las marcas líderes en soluciones de embalaje sustentable. Para esa fecha, sus esfuerzos giraban en torno al desarrollo de envases reutilizables para papillas caseras. Pero al momento de comenzar con su comercialización se toparon con un problema, ¿cómo iban a realizar los despachos?
Cajas de cartón, bolsas plásticas para despacho, papeles, burbujas y de plástico, eran algunas de las opciones que fueron apareciendo, pero nada les hacía sentido. Comenzaron a investigar y se toparon con que el cartón, además de ser un producto caro, utilizarlo en grandes cantidades es contraproducente, pues mientras más se usa, la tala de árboles aumenta. Buscando diferentes alternativas, llegaron a los envases compostables.
“Partimos investigando de qué se hacían y lo más común era ocupar almidón de maíz para reemplazar el plástico. Hicimos algunas pruebas, mandamos a hacer unas muestras e hicimos varios testeos con el Centro de Investigación, Desarrollo e Innovación de Estructuras y Materiales (Idiem) de la Universidad de Chile, hasta que la bolsa logró compostarse en un 96%”, relata Andrea Labatut, socia y fundadora de Ecolover.
La Ley de compostabilidad establece que con un 92% basta para que la bolsa sea aprobada, por lo que lograron en Ecolover fue toda una hazaña. Porque además, les sirvió para dar el puntapié inicial a su negocio.
Tal como cuenta Labatut, para el 2019 no había mucha información en el mercado sobre este tipo de envases, por lo que una vez su producto estaba listo para su comercialización, les tocó instalar estas ideas en un mercado que con ciertas nociones de sustentabilidad, aún no daba el giro hacia esa dirección. “Al principio nos sentíamos haciendo el loco, porque la gente entendía poco el concepto de compostabilidad, lo tendían a confundir con reciclable”, agrega Andrea Labatut. A esto se le suma que los envases compostables son más caros que el plástico, entonces frente a la opción de abaratar costos, el ecommerce prefería esto último.
Sin embargo, la socia y fundadora de Ecolover reconoce que todas las reuniones que tuvieron ese año para dar a conocer sus productos, no fueron pérdidas, porque una vez que salió la Ley de plásticos de un solo uso, todas aquellas marcas se pusieron en contacto para contar con este sistema de embalaje.
“Los emprendedores fueron los primeros en entender el tema, sumado a que nosotros invertimos harto en comunicación, en nuestras redes sociales, para explicar la diferencia entre lo que es reciclable y lo que es compostable. En nuestros empaques nosotros también indicamos qué es lo que hay que hacer cuando se recibe una bolsa: cortarla en pedazos, unirla al compost de la casa, enterrarla o tirarla a una vermicompostera”, agrega Labatut.
Si bien hoy existe mayor competencia en la comercialización de envases reutilizables, retornables y compostables, lo que distingue a Ecolover sería la garantía que entregan en cuanto al nivel de compostabilidad de sus productos.
“Nosotros efectivamente sometimos la bolsa a un compost. Estuvo 12 semanas en el Idiem y esta se compostó en un 96%. El estudio no dura más de 12 semanas, porque así se mide el grado (…). A nosotros nos diferencia el tema que sí le damos la seguridad a la gente de que nuestras bolsas se compostan y no generan basura. Hoy en día, en el mercado existen muchas bolsas que dicen ser compostables, pero para abaratar costos disminuyen el grado de almidón de maíz y le ponen más plásticos”, señala Andrea, para quien es muy importante mostrar el proceso de realización de las bolsas, cómo se composta y los resultados que tiene al compostarse.
Sumado a esto, Ecolover trabaja con la Fundación Reforestemos Chile, por cada 100 bolsas compradas, se reforesta un árbol. Actualmente, llevan 600 árboles reforestados, cada uno con el nombre del emprendedor que compró las bolsas.
¿Cuáles son las proyecciones para este 2022? Seguir creciendo con los productos que ya tienen, pero además, explorar diferentes posibilidades, como por ejemplo, sacar bolsas genéricas, de uso diario, bolsas estilo ziploc y bolsas de basura. Pero eso no es todo, uno de los objetivos es llegar a otros países: “llegar a mercados donde esto es novedad y educar, porque al final estos productos necesitan ser explicados, se necesita educar sobre las diferencias y las ganancias que pueden tener las marcas al despachar con estas bolsas”, cierra Andrea, una de las líderes de Ecolover.