Con la llegada del Covid-19, muchos tuvieron un proceso de reencanto con los espacios de sus casas. Antes daba lo mismo si tenías un par de muebles o si no tenías lámparas, ahora el consumidor busca comodidad, funcionalidad y darle un estilo propio.
Hace poco más de un mes, se inauguró la primera tienda de IKEA en Chile y Sudamérica. La jornada fue un caos total. Filas que se extendían por cuadras y con un tiempo promedio de espera de 7 horas. Todo, con la finalidad de conocer, en primera persona, los miles de productos para el hogar bajo el concepto de diseño que ofrece la firma de origen sueco y, debemos decir, que el panorama se repitió por un par de semanas más.
Hasta hace dos años, los productos y servicios estaban enfocados en un público al que el tiempo le escaseaba, que salía muy temprano de sus casas y volvía cuando ya oscurecía. Por ende, era una oferta creada sobre la base de la inmediatez y totalmente outdoor.
Sin embargo, el confinamiento y la adecuación del hogar para convertirse en una oficina o en sala de clases, incentivó la compra por equipos tecnológicos, pero además por otros artículos orientados a mejorar la comodidad y habitabilidad de las casas.
Por otra parte, aunque sumamente relacionado, el confinamiento cambió la premisa de ir “mall o tienda” para poder comprar algo. Ahora, con cualquier aparato conectado a internet, la casa se convirtió en el epicentro del consumo. De hecho, según un estudio realizado el año pasado por la Cámara Nacional de Comercio, CNC, y que comparó las ventas del año 2020 versus las del 2021, “las ventas online del retail aumentaron un 195,8% durante el primer trimestre de este año, destacando marzo con un incremento anual de 197%”.
Estábamos tan acostumbrados a estar fuera de la casa, que daba lo mismo si había un solo mantel o el sillón del living no estaba en las mejores condiciones. No había tiempo y tampoco se podía disfrutar. Pero, el encierro cambió esta perspectiva. Si antes el comedor se usaba, con mucha suerte, el fin de semana, ahora era el centro de reunión para días que se transformaron en largas jornadas y, el dedicarle tiempo a la cocina, también fue un nuevo panorama familiar.
Esto significó que, dentro de las preferencias en las compras, se privilegiaran productos como muebles, electrodomésticos y artículos de tecnología. Según este mismo estudio, estos últimos tuvieron “un incremento anual de 234,5%, seguido de Vestuario con un alza de 170,5%. El crecimiento de las compras online en Línea Hogar y Muebles pasó de un 8,5% a un 21%”.
Si bien, hoy en día, esta tendencia ha ido a la baja, el hecho que muchas empresas hayan mantenido la decisión de continuar en teletrabajo o hacer un mix de días presenciales y otros remotos, continúa motivando a reacondicionar este espacio en cuanto funcionalidad (ojalá multifuncionalidad), comodidad, que sea lugar donde siempre quisimos sentirnos bien y disfrutarlo al máximo.