En ocasiones, de las actividades más cotidianas, pueden nacer ideas creativas e innovadoras. Así fue como nació TQV, una peluquería que demostró que el cuidado del pelo y el medio ambiente, pueden ir de la mano y, además, ser brillantemente exitoso.
Son innumerables las personas que, en algún momento de la vida, han tenido la inquietud por lograr una independencia laboral a través de la creación de su propio negocio. Si bien, la mayoría no concreta su idea por temor al fracaso, a salir de la zona de confort o al no tener la convicción necesaria para creer en ese proyecto inicial; no obstante, están aquellos que logran converger en esta idea soñadora distintos elementos como la creatividad, aquello lo que les apasiona y sus propias necesidades. Algo así es lo que dio vida al concepto de Te Quiero Verde (TQV), la primera peluquería ecológica comprometida con la salud de sus clientes, los trabajadores y el medio ambiente, como ellos indican un negocio orientado a la belleza, salud y sustentabilidad.
El cómo surgió esta idea de negocio, reúne los tres conceptos mencionados anteriormente: creatividad, pasión y necesidades. Hace algunos años, Magdalena Serrano, trabajaba en un centro de estética y, además, estaba embarazada. “Durante su proceso de embarazo cambió la forma de entender la peluquería y comenzó a buscar opciones de productos y tratamientos más naturales”, comenta Diego Faúndez, actual dueño de TQV.
Magdalena “comenzó a notar que la gran mayoría de estos tratamientos y tintes comúnmente utilizados en la peluquería poseen químicos que podrían ser dañinos a mediano y largo plazo, tanto para la clienta como para la profesional que tiene que aplicarlos” señala Diego.
Al tomar conciencia de esta situación, Magdalena, ya sabiendo de la toxicidad de los productos que habitualmente se utilizan en una peluquería, “comenzó a buscar alternativas para no solo poder atender a esas clientas, sino que, a la vez, aportara a la salud de las personas y del medio ambiente” relata Diego.
Es en esta nueva mirada en la que surge este proyecto, dando paso a un proceso, observación e investigación tanto del público objetivo, la competencia y la variedad de productos disponibles en el mercado. Coincidentemente, en esa época, el hermano de Magdalena trabajaba en una de las primeras tiendas online dedicada a la importación y venta de productos ecológicos y orgánicos. Por supuesto que, de esta unión, nació Te Quiero Verde.
El local, ubicado en la comuna de Las Condes, trabaja únicamente con productos que poseen componentes naturales y orgánicos, que están libres de parabenos y químicos agresivos (como el amoníaco o el formol). Ninguno de ellos es de origen animal (solo miel de abejas y leche en algunos casos) o ha sido testeado en animales. Y, por si esto no fuera suficiente, en esta peluquería se promueve el ahorro de energía, agua y el reciclaje de todos sus desechos.
Al poco tiempo, Diego se integró al equipo de TQV y, desde la vereda de la ingeniería comercial, llegó a prestarles asesoría, sin imaginar que el concepto iba a ser igual de atractivo para él. Así quedó demostrado cuando, hace dos años, la dueña le ofreció la posibilidad de venderle la peluquería, para ella enfocarse en su familia. Él, no lo pensó dos veces. “Yo me enamoré del concepto y el ambiente laboral” y, además, “lo que más les importaba (a ellos) era que la esencia de la peluquería se mantuviera a toda costa”.
El concepto abordado por TQV ha logrado mantenerlos por 10 años en el negocio, sin tener que modificar la idea original de su creación. Ya que, como indica Diego, “no solo somos una alternativa para embarazadas, sino que, también, es una solución para personas con alergias e inmunodeprimidas” y, obvio, que para todos quienes desean utilizar productos inocuos para ellos mismos y el medio ambiente.
“Buscamos generar una relación horizontal, justa y consciente con nuestras clientas para lograr resultados que nos genere bienestar mutuo en el corto y largo plazo. Transmitir la importancia de tomar conciencia de los cosméticos y productos que usamos, tal como cada vez más personas lo hacen a la hora de alimentarse” nos cuenta Diego.
Sin embargo, y, tal como les sucedió a tantos otros, este rubro fue sumamente golpeado por la pandemia, con varios meses sin poder abrir su local y, por ende, de trabajar. Este ha sido el principal desafío que han debido sortear, pero que a pesar de la incertidumbre y los costos que significó para las pymes, “nunca dudamos que podríamos salir adelante gracias a nuestro increíble equipo de trabajo y sin duda alguna a nuestra clientela fiel. Sin esta combinación no hubiéramos podido salir adelante y haber celebrado los 10 años que cumplimos en junio pasado”, concluye Diego Faúndez.