Ya no se trata de ser la mejor empresa, sino de ser la mejor para el mundo. De alguna u otra forma, hoy contar con un sello verde, le agrega un valor reputacional y social importante a las marcas. Por lo mismo, adoptar dentro de la estrategia de negocios alguno de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, podría ser un gran comienzo.
Para nadie es sorpresa que el cuidado por el medio ambiente y el desarrollo sostenible se han transformado en ejes centrales para los cambios que el contexto demanda. Y en un mundo donde se busca modificar las prácticas que puedan dañar el entorno, las empresas y el comercio tiene mucho que hacer y decir. Paralelamente, los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, están liderando esas transformaciones, al buscar asegurar el futuro del planeta desde la responsabilidad gubernamental, social, empresarial y medioambiental. Por lo mismo, los 17 objetivos, cada uno con metas específicas, se espera sirvan de guía para quienes deciden avanzar en este camino.
La buena noticia es que esta agenda de objetivos ha logrado transformar el propósito y modelo de negocio de cientos de empresas a nivel mundial, pero aún faltan muchas que se sumen a este nuevo modelo. Para eso, primero es importante conocer y comprender cuáles son estos Objetivos de Desarrollo Sostenible; segundo, es necesario identificar cómo se podrían modificar ciertas prácticas en las grandes, medianas y pequeñas empresas, para poder cumplir -en alguna medida- con estas metas; y tercero, desarrollar una estrategia de negocios y prácticas organizacionales donde se incorporen estas acciones y así puedan ser materializadas.
Ahora bien, la realidad en Chile es muy alentadora, gran parte del comercio ha decidido adaptarse a las estrategias de sostenibilidad y mucho antes de que la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) publicara la Norma de Carácter 461, que busca incorporar temáticas de sostenibilidad y gobierno corporativo en las empresas.
Desde estos organismos internacionales se ha definido la sostenibilidad empresarial como el momento en que una empresa, independiente de su tamaño, rubro y objetivo, empieza a generar, de forma constante, un impacto positivo en la comunidad. Por otro lado, el concepto de economía verde también ha significado repensar las formas de producción y actividad que generan ganancias, alineando estas con prácticas sostenibles, que no dañen el entorno y aporten al bienestar de las personas y comunidades.